El verano siempre trae buen tiempo y también más ratos de descanso, de juego y de estar al aire libre.
Este año pudimos organizar actividades donde los peques tuvieran su espacio para jugar y aprender. Fue una oportunidad bonita para que se encontraran, compartieran y se movieran un poco fuera de la rutina.
Entre lo que hicimos, destaca la actividad en el Parque de Las Rehoyas. Allí nos juntamos personas de todas las edades —grandes, medianos y pequeños— junto a voluntarios y profesionales de la Asociación.
La propuesta era una sesión de escalada. Gracias al equipo de la escuela La Sala de Escalada, que se sumaron con muchas ganas, pudimos probar algo distinto. No se trataba de llegar más alto que nadie, sino de intentarlo, de marcar cada uno su propio ritmo y de confiar en que con ayuda y un poco de paciencia se llega más lejos de lo que uno piensa.
Al final, lo importante fue compartir la experiencia: los nervios, las risas, el miedo, los pequeños logros… todo eso que hace que la actividad tenga sentido más allá del deporte en sí. Esperamos volver a repetir muy pronto.
Esta actividad fue posible gracias a la financiación del Cabildo de Gran canaria y del Gobierno de Canarias.
